- ¿ Tienes que marcharte? - susurró Julia, acariciándole el pelo con dedos vacilantes .
Gabriel suspiro profundamente.
- Si , pero no esta noche.
- ¿ Volverás ?
- Mañana seré expulsado de Paraíso, Beatriz. Nuestra única esperanza es que tú me encuentres. Búscame en el infierno .
La volvió muy delicada, tumbándola en el suelo. Luego colocó una mano a cada lado de su cuerpo y se cernió sobre ella . Con los ojos muy abiertos, la miró con nostalgia, intensamente, como si pudiera ver dentro de su alma.
Y entonces, la besó.
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